El imperio (legal) de los sentidos

El imperio (legal) de los sentidos

El imperio (legal) de los sentidos: derecho, cine, cómic & literatura

 

Contenido

  • Prólogo

    Oscar Enrique Torres

  • Introducción

  • Big Man Japan, El Estado y el individuo: derecho y burocracia

  • Con M de muerte, la delincuencia resolutora: derecho e investigación criminal                                                  

  • Jerry Lewis, la aspiración lograda: derecho e imagen                                   

  • Miike y Shakespeare, el individuo sobre el crimen: derecho y seguridad 

  • Cornellá, El horror cotidiano y el cómic: el derecho y la libertad de expresión                                          

  • Burke, el sida como catalizador: derecho y salud pública

  • Daeninckx, los desaparecidos y el policiaco: derecho y seguridad

  • El Güilo y el Barón, la concordancia trasnacional: derecho e identidad

  • Eliade y la soledad: derecho y Estado

  • Erri De Luca, morir en la mariposa: derechos ambientales

  • Gresham y lo grotesco, lo queer en la mirada inconsciente: derecho y diversidad

  • Himes, las culturas insertadas: derecho y la criminalidad identitaria

  • Izzo, marsella noir: derecho, policía y prevención criminal

  • José Giovanni, el delincuente consciente: derecho y penas

  • Ligotti, el macabro: derecho laboral

  • McCoy, el delincuente culto: derecho penal integral

  • Orwell, el absurdo risible: derecho cultural

  • Scerbanenco, el pecador virtuoso: derecho e interioridad

  • El inmortal Soprano: derecho y criminología individualizada

 

Resumen

La literatura, nos dice Tzvetan Todorov en su libro “La literatura en peligro”, es un “laboratorio experimental de lo humano” ya que su objeto son las experiencias de la condición humana. Esta misma reflexión podría aplicarse no sólo al mundo literario, sino también a otras manifestaciones culturales.

Al ser un lector asiduo de la literatura y el cómic, así como un cinéfilo que fácilmente podemos encontrar en alguna butaca de una sala de cine, Ricardo Guzmán Wolffer –siguiendo la idea de Todorov– se convierte no solo en un especialista del arte sino también en un conocedor de las distintas naturalezas humanas.

Aunado a lo anterior, no deja de sorprender la calidad institucional de la que goza el autor en nuestro país. En realidad, no existen muchos impartidores de justicia a nivel federal tan especializados en la condición humana como Ricardo Guzmán Wolffer.

Esta obra que el lector tiene en sus manos es un verdadero ejemplo sobre cómo diferentes ámbitos artísticos pueden generar condiciones específicas para que los actores jurídicos institucionales reflexionen acerca del derecho y el Estado.

Por otro lado, cabe señalar que el análisis de Ricardo Guzman Wolffer sobre los cómics o viñetas realizados bajo la pluma de Cornellá resulta ser el primer estudio, y por lo tanto el único, dentro del bautizado género Comic y Derecho en todo México.

Finalmente, recomiendo la lectura de la presente obra como un sutil ejercicio para apreciar las tesis presentadas aquí bajo el rasero de la intentio operis frente a la intentio lectoris (U. Eco) de los textos literarios.

 Oscar E. Torres Rodríguez.

Reseñas

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